Con el objetivo de optimizar el uso del terreno y responder a las necesidades del cliente, se proyectó una ampliación en la segunda planta de la vivienda existente. Esta intervención fue concebida no sólo como una extensión funcional, sino como una unidad semi-independiente que permite generar autonomía respecto a la casa original.

La nueva planta se organiza en torno a un espacio común tipo sala, que actúa como articulador entre las distintas áreas. A partir de este núcleo, se dispusieron dos habitaciones privadas, cuidadosamente orientadas para garantizar ventilación cruzada e iluminación natural.

Para maximizar la funcionalidad del área social, se integró una cocina compacta equipada con una barra/comedor, pensada tanto como espacio de preparación como de convivencia. Esta barra permite una transición fluida entre la cocina y la sala, favoreciendo un ambiente abierto y contemporáneo.

La estructura fue resuelta respetando la carga existente de la planta baja, y se emplearon materiales ligeros y eficientes térmicamente. Se cuidó especialmente la relación formal y material con la vivienda original, garantizando una coherencia estética sin renunciar a una identidad propia para la nueva planta.

Esta ampliación no solo resuelve necesidades habitacionales, sino que ofrece una solución flexible y funcional, que puede operar como una extensión del hogar o como un espacio independiente para futuras generaciones.