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Huertos Urbanos en San Luis Potosí:

Oasis de resiliencia.  

 

Texto investigación por Rizardo Za

Conversación tejida y aluzada por Jaquie Ruiz

 

El presente texto de investigación fue realizado por Ricardo Za como parte del Taller Experimental del Laboratorio Centro Histórico LCH durante su estancia en la casa compartida llamada popularmente como “La 1100” en 5 de Mayo, Centro Histórico S.L.P.  El texto está inspirado en Pilar López de Fuentes, Alberto Sanz-Cobeña, José Luis García Fernández, la Revista Iberoamericana de Bioeconomia y Cambio Climático, Morán Alonso N, Aja Hernández A, Hernández Loracnis y Muro Manuel, el texto también está inspirado en la reflexión personal de Za sobre la importancia de los huertos urbanos en tiempos de crisis, ya que su colaboración estuvo siendo tejida en tiempos del COVID-19. Finalmente este escrito está también intervenido por una serie de reflexiones que se tuvieron con Ricardo de manera más reciente el pasado 8 de abril, deseamos profundamente que lo aquí escrito les sea esperanzador. 

 

Ricardo Za es mi nombre artístico, viví en San Miguelito 1 año 2 meses, si imaginara una gama de colores sobre el barrio de San Miguelito estos serían: amarillo, azul celeste, rojo, y el tono cantera, colores que me inspiran alegría, optimismo, cierta nostálgia alegre de haber habitado ahí pero no estar ahora, respeto y honra a lo que queda en la memoria. 

 

Del tiempo que estuve habitando acá me quedo con el arte de los encuentros. 

 

¿Qué es un Huerto Urbano?

 

Un huerto es más que tierra y plantas para el consumo. Un huerto puede cumplir con ciertas funciones que van más allá de la alimentación.  Dependiendo con qué ojos se quiera mirar. Por ejemplo, para las abejas y otros polinizadores un huerto puede ser su fuente de energía más próxima. Naturistas y fitoterapeutas, encontrarán el potencial de un huerto como farmacia viva. Quienes se dediquen a la docencia, podrán ver en él un aula a cielo abierto en donde la curiosidad  y los principios de la naturaleza convergen. Un huerto puede ser una célula integradora de relaciones entre vecinos, vecinas interesados en modos de vida más saludables y recreativos. Para algunos, los huertos serán una moda. Pero para Bill Mollison, cofundador de la Permacultura, cada huerto activo en los espacios urbanos y periurbanos, es parte de una revolución silenciosa.

 

Convocamos a observar el semidesierto este en el que estamos, al construir más en la ciudad estamos haciendo más grande el desierto y lo que necesitamos es generar vida, para nosotres pero también para los otros seres vivientes, generemos manchas verdes de vida en la ciudad, hay que sustituir las islas de calor por islas de vida,  para no heredar un mundo gris, roto y difícil, sino uno verde que proponga relaciones con la tierra, con los alimentos e insectos, entre vecinos, vecinas, instancias de gobierno, que sea mejor para el barrio, que pueda ser un espacio de resiliencia cultural para germinar, regar y cosechar redes de apoyo. 

 

Los huertos urbanos son una alternativa ante el desarrollo dominante o hegemónico que piensa al planeta tierra como infinito, pero no es así, este planeta tiene límites de crecimiento. Por ejemplo se dice que estamos viviendo el pico del petróleo, para que nuestra energía dependa sólo de una fuente eso eleva costos porque es cada vez más escaso, la comunidad científica inclusive señala que el agua es ahora como el petróleo, que el agua es el nuevo oro. 

 

Los huertos urbanos vienen de una propuesta de decrecimiento que busca fomentar un descenso energético desde la creatividad con les otres, hacer estos espacios promueve un punto condensado de beneficios como una mayor calidad de vida, pensemos ¿queremos subsistir, sobrevivir o bien vivir? Los huertos urbanos me han invitado a hacer más cosas que busquen generar un impacto positivo en este mundo  a dónde quiera que vaya ya que los huertos urbanos tienen que ver con el cómo nos relacionamos con la vida. 

 

Ese momento en el que dije sí a procurar la diversidad en los huertos urbanos, a decidirlo como uno de mis caminos, fue cuando estuve en brasil de voluntariado en el proyecto de un amigo, sembramos unas semillas y cuando vi que brotó lo que sembré fue lindo, ha sido como una suma de momentos que me han venido convenciendo de que esto es lo que busco para mi y para la banda con la que conviva: tengo la esperanza de vivir en un lugar de relaciones recíprocas con el espacio y entre la gente. 

 

Alimenta la esperanza de caminar acá el ser consciente del sueño, del conectar con tu niño, niña, el pensar en que otras niñas y niños merecen espacios, seguros, aprendizajes significativos y decoloniales, profundos y amorosos. 

 

Oasis de Resiliencia

Los huertos urbanos como una propuesta de resiliencia ante la crisis

 

Un patrón clave en nuestra historia es que "los momentos de mayor auge de la Agricultura Urbana están ligados a crisis económicas y energéticas, que obligan a recurrir a ella para asegurar el autoabastecimiento''.

 

No es de extrañar el contemplar una ola de tendencias verdes en busca de la sustentabilidad o el buen vivir. Ante la visión corta y dominante de separación entre los vínculos: naturaleza y sociedad.  La situación actual vuelve a plantear el reto de la subsistencia . Haciendo cada vez más evidente la necesidad urgente de atender una crisis climática, sanitaria, económica y de consciencia holística (por no incomodar a quienes les resulte molesto el término: espiritual), replanteando el sistema económico, los valores de la sociedad, los estilos de vida y el uso que le damos al espacio, y todo lo que refleja en sí: las infraestructuras del transporte, el modelo urbano y la gestión del territorio.  

 

Las preocupaciones sociales de la actualidad han modificado los escenarios de las ciudades. El creciente interés sobre espacios y prácticas referentes a la agricultura urbana, cuyas funciones poseen un alcancé mayor al de cosechar vegetales en un huerto. Abarcan la educación ambiental y la conciencia alimentaria. Además del valor terapéutico, la recreación, el fortalecimiento comunitario, la formación de empleos e incluso la inserción social, que pueden surgir en torno a las sinergias de un suelo saludable, apto para la vida y el cultivo, tanto de especies como de relaciones inmersas en una célula urbana. 

 

La creación de un huerto urbano depende mucho de la organización vecinal, de la gestión y el diseño, pero sobre todo del acceso al agua aunque pudiera ser de temporal, y ser a su vez no sólo un huerto, sino un huerto comunitario en el que se pueden hacer insumos, aquí juega la creatividad para generar productos que se puedan intercambiar como plantas medicinales y comestibles, semillas que se usan como artesanía, creatividad que da vida para fortalecer las relaciones en el espacio, entonces un huerto urbano más que productivo puede ser recreativo, es decir que se pueden generar puntos de encuentro con talleres, degustar algún café, pizza o proyecciones de películas, etc. Imaginar un espacio abierto, diverso, dinámico e intergeneracional, niños, niñas, vecinos,vecinas, es lo valioso, de la misma forma en la naturaleza también existe la diversidad, de hecho desde la perspectiva de la agroecología se dice que mientras más diverso sea el espacio más resiliente es.

 

Me gusta afirmar que estamos asistiendo y siendo parte del resurgir de un movimiento. Una nueva revolución verde que busca mitigar los efectos de la degradación de los ecosistemas, que hace un llamado al consumo responsable. A construir perspectivas más profundas acerca del mundo, nuestro contexto e identidad. A través de espacios para la reflexión-acción, sobre cómo funcionan los principios de la naturaleza, sus ciclos y la importancia de colocar a la biodiversidad en el centro. Puede ser una alternativa ante un futuro en que necesitaremos alimentar a más personas con menos hidrocarburos, contando con menos el 0.025% del agua potable disponible, los efectos del cambio climático y una pandemia en curso. 

 

Tipología de un huerto

 

Dependiendo de sus contextos y fines. La tipología del huerto puede abarcar diversas categorías:  Escolares o familiares. Huertos en macetas o hidropónicos. Huertos tradicionales, biointensivos, comunitarios o privados. Huertos ecológicos o de producción orgánica (que no es lo mismo). Huertos en terrazas  o en azoteas. Huertos terapéuticos, huertos verticales, horizontales, inclinados o en todas las combinaciones posibles e imaginables. Considero que el mejor tipo de huerto es el que pueda adaptarse a un espacio, donde se tenga acceso a la luz, al agua y a los cuidados necesarios que requiere su manutención. 

 

Los huertos urbanos que se sostienen en  medio del concreto están relacionados con la transformación social, reocupación del espacio público, soberanía alimentaria, calidad de alimentos, generación de empleo, mejora de la calidad de vida, educación ambiental, relaciones sociales y regeneración urbana. 

 

La Red de Agricultura Urbana de Investigaciones Latinoamericanas define la Agricultura Urbana  y Periurbana, como la obtención de productos alimenticios mediante cultivos, forraje, silvicultura y acuicultura, dentro de zonas urbanas y en áreas marginales, para mejorar la nutrición de grupos de población, generando empleos e ingresos para los individuos o grupos de individuos, ayudando al saneamiento ambiental a través del reciclaje de aguas y sólidos de desecho. 

 

Sea en un balcón de Buenos Aires o un baldío rescatado de los escombros en la Ciudad de México, (como es el caso del Huerto Roma verde). Lo primordial, es contar con un espacio disponible para el cultivo. 

 

He escuchado que las casas abandonadas pueden ser puntos de infección o puntos rojos de narcóticos, sé que pueden ser incluso peligrosas estructuralmente si no se atienden, que no afecta sólo al inmueble sino a las y los vecinos, al barrio, en la imagen y el deterioro, pero estos espacios pueden ser también islas verdes en lugar de islas rojas, espacios que den lugar al tejido comunitario barrial. 

 

El tiempo que se le invierte a un huerto urbano dependerá del que decidan y quieran las personas que se organizan para el cuidado del mismo, una parte importante de los huertos urbanos tiene que ver con el cómo nos relacionamos con la vida, con cómo nos relacionamos con nuestros alimentos, tiene que ver con educación.

 

Un par de elementos relevantes que se deben tomar en cuenta para la realización de un huerto son la paciencia y la atención. El ritmo de un estilo de vida inmerso en una ciudad hace ver que nos hemos acostumbrado a buscar resultados lo más inmediatos posibles. Todo lo queremos ya. Solo hay que apretar el botón. Sin embargo, es importante reconocer que los procesos en un huerto son lentos, tienen sus ritmos y requerimientos. En un huerto no cabe el ansia.

 

Por otra parte, el cuidado. El saber leer las necesidades de cada planta, definirá el éxito de un huerto. La presencia de sobrepoblaciones de algunos bichos, de hojas resecas o con manchas, son algunos indicadores que reflejan los excesos o carencias presentes en el huerto. Quienes tomen la tarea de cuidar el huerto, tendrán que usar todos los métodos posibles (se sugiere el uso de métodos agroecológicos) para mantener un suelo vivo y saludable, no es difícil aprender y ahora tenemos tanta información a nuestro alcance. 

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La creatividad, el compromiso, la confianza y una comunicación efectiva entre el grupo, puede facilitar sus objetivos.


 

El Oasis de resiliencia en la ciudad se vuelve imprescindible

 

El paisaje del valle del Tangamanga, nombre nativo previo a la llegada de españoles y tlaxcaltecas a lo que hoy conocemos como San Luis Potosí, ha pasado de resguardar  ríos y arroyos, a la urbanización  y crecimiento del sector industrial.

 

Acorde con el Índice de Ciudades Prósperas (ONU- Hábitat 2018) en la aglomeración urbana de San Luis Potosí (incluyendo al municipio de Soledad de Graciano Sánchez)  el crecimiento urbano disperso e insustentable ha provocado un consumo excesivo de suelo y biodiversidad al anteponerse el cambio de uso de suelo urbano a los objetivos ambientales o agropecuarios preexistentes.

 

El concepto de prosperidad de la ciudad está fundamentado en un desarrollo equilibrado e integral en todos sus componentes. Para avanzar hacia este desarrollo integral y sostenible es necesario que se dé prioridad a políticas públicas vinculadas con las dimensiones de Gobernanza y Legislación Urbana. Lo cual se refleja en su capacidad de dirigir y guiar el modelo de crecimiento de la superficie urbanizada. En ciudades donde el resultado de esta dimensión es bajo, no se generan las condiciones de gobernanza e institucionalidad necesarias para mejorar el resto de las dimensiones del Índice de Ciudades Prósperas.

 

La política pública ambiental bien podría procurar espacios para huertos urbanos que se fomenten en todos los niveles estructurales, que pueda haber apoyos, es decir poner las cosas más fáciles para que estos espacios puedan reverdecer desde la comunidad y por la comunidad, sin que se caiga nuevamente en una serie de proyectos desde la verticalidad que por ende estarían destinados a fracasar, ya que como vemos sostener el huerto urbano en el tiempo necesita de estar ahí, mirar, oler, medir , estar presentes. 

 

En relación a la dimensión de Sostenibilidad Ambiental en el municipio, el resultado de la medición de la calidad del aire, el manejo de residuos y la generación de energía renovable, es bajo. Lo que pone en riesgo los activos ambientales, así como la provisión de los servicios ecosistémicos que brinda la naturaleza, atentando contra el desarrollo económico y la calidad de vida de sus habitantes.

 

La densidad poblacional es otra dimensión que se ha medido y que requiere atención, ya que el bajo resultado que presenta este indicador muestra que la densidad poblacional del municipio se aleja de los estándares globales de crecimiento de alta densidad (15 000 personas/km2 o 150 personas/ha). El crecimiento urbano de baja densidad tiene posibles repercusiones en el incremento de los costos de los servicios públicos, dependencia del automóvil, mayor demanda de estacionamientos, inequidad social, accesibilidad a espacios públicos abiertos, baja eficiencia energética y contaminación.

 

Otro resultado bajo en los municipios de SLP y Soledad, es la Eficiencia en el uso de suelo.  Esto indica que la mancha urbana crece a ritmos mayores que la población, lo que implica un consumo ineficiente del suelo. Este tipo de crecimiento es ineficaz, inequitativo y financieramente insostenible, lo que genera estructuras urbanas discontinuas y con alto grado de fragmentación, con el predominio de gran número de espacios urbanos vacíos, baja densidad residencial, alteraciones ecológicas y altos costos sociales relacionados con la movilidad urbana.

 

En contrapartida y ante el panorama actual de la urbanización, podemos contemplar que la participación ciudadana en los espacios designados a la regeneración de suelos, como es el caso de huertos comunitarios en la ciudad, son capaces de proponer acciones que mitiguen los efectos que conlleva la carente atención hacia las dimensiones planteadas que nos alejan de la prosperidad.

 

En San Luis Potosí existen varios ejemplos de huertos urbanos  en la urbe, por ejemplo: Dos Mundos Culturales, Tapasoli, Huerto Abierto del Laboratorio Centro Histórico, Unihuerto de la UASLP y CECAPA. Les invitamos a visitarlos y dar cuenta de la labor que esto implica, algunos de estos espacios ya no están funcionando, también es sano comprender que todo es cíclico y que si bien no tienen un principio y fin nada es permanente en el tiempo; la pandemia propició el resurgir de la necesidad alimentaria y afectiva, hizo un llamado a hermanarnos en la construcción de redes solidarias con los y las otras, pero la dinámica de la vida urbana que va a toda velocidad regresó y con ella algunos de estos procesos terminaron. 



 

Cosechando conclusiones para reconectar, regresar el corazón a la tierra

 

Desde mi contexto, un valle del semidesierto y urbanizado. En los tiempos de una pandemia global, redacto con la intención de detonar diálogos y reflexiones en la búsqueda de una realidad más próspera a través de los huertos urbanos ¿Cómo estamos habitando la ciudad? ¿Qué usos se le está dando al suelo? ¿Qué pasaría si se retomarán ciertos espacios subutilizados y  se adaptaran en favor del bien común de esa localidad? ¿Y si las islas de calor se transformaran en oasis de de diversidad, cultura, salud, resiliencia, educación o emprendimientos con utilidades sociales y económicas?  

 

Le diría a la asamblea vecinal sobre la importancia de reconectar con la tierra, de repensar en las nietas, en las generaciones que vienen, ¿qué van a decir del mundo que les estamos heredando?, nuestros espacios pueden ser abundantes de alimento, medicina, tienen la capacidad de hacernos sentir seguras, seguros, se puede empezar desde dónde uno está, no se requiere mucho, sino más bien observar, escuchar, hacer notar la empatía por las personas y otros seres, de esa divinidad que genera la vida que está en la tierra, de esa fuerza natural que está ahí al crear con esta fuerza .Si conectamos nuestras manos y corazones podemos dar forma al cielo en la tierra. 

 

Finalmente les digo que requiere mucha valentía el sanar nuestras heridas emocionales, estas han abierto paso a nuestras distorsiones con la naturaleza y con otras personas, si reconocemos esa herida y le recitamos con actos de amor al suelo, a la vida, a nuestros vecinos y vecinas, eso es promover una cultura de paz, de cuidado, tenemos el poder de crear espacios dignos y seguros, ¿por qué no hacerlo?, comencemos desde nuestros hogares, desde nuestro barrio. 

HUERTO ABIERTO 

LCH

Laboratorio del centro histórico

5 de mayo # 1100 · CP 78339

Barrio de San Miguelito · Centro histórico   

San Luis Potosí · S.L.P. México

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